Tengo 2 hijos maravillosos. El primero nació en una casa de nacimiento, en agua, junto a mi pareja y a una mujer amiga muy poderosa. La segunda nació en mi casa, también junto a mi pareja y a dos mujeres amigas muy poderosas.
Yo no he experimentado un parto en clínica ni hospital pero he escuchado cientos de historias de amigas y familiares que si lo han vivido, y todo lo que me cuentan me hacen confirmar que mi decisión fue la correcta.
La primera vez que estuve embarazada tenía mucho miedo y mi primera opción fue una clínica. Nunca había ido a un ginecólogo hasta ese momento, cuando ya tenía 4 meses de gestación, me hicieron el primer examen ginecológico de toda mi vida, al poner las piernas encima de esos fierros fue cuando pensé: yo no puedo parir en esta posición. Y fuimos a buscar otra opción. En esa época vivíamos en Lima y por suerte encontramos a Angela, quien nos trato con un amor como de madre y nos dio la confianza suficiente para saber que estábamos en el camino correcto y en buenas manos.
Para cuando salí embarazada por segunda vez, ya teníamos clarísimo que no pisaríamos la clínica, pero nos habíamos mudado y ahora vivíamos en Urubamba, así que fuimos a conocer a Leonie. Otra mujer maravillosa con la que yo me sentí muy cómoda inmediatamente. Y así fue que ella nos acompañó en los meses de embarazo y el día del nacimiento de nuestra pequeña.
Me siento muy contenta de haber encontrado mujeres hermosas en el camino que están dispuestas a ayudar a las mamás que queremos y necesitamos recibir a nuestros hijos de una manera más cálida y privada.
A ti Leonie y a todas las parteras del mundo: muchas gracias!