Conocí a Leonie Lange en un taller de medicina holística y nutrición infantil en Cusco. Luego tuve la enorme suerte de poder acompañarla en algunos de sus partos en casa.
No he visto a médico alguno en el mundo darle tanta importancia a la unidad cuerpo, mente y espíritu, como ella. Leonie siente a sus pacientes y parturientas, ella mira sus corazones, lee el mapa de sus dolores, miedos y bloqueos, para sanar y destapar sus historias y sus destinos, para permitirles conectarse consigo mimos, aceptarse y así emprender un viaje personal de curación que no tiene vuelta atrás.
La Doctora Lange atiende a sus pacientes en Casa Lucero, un centro de comunión absoluta con la naturaleza pero también dotado de herramientas tecnológicas y medios que facilitan el proceso curativo o los partos naturales, con una calidad humana, una entrega y una familiaridad que costarían millones en un centro de salud de una gran ciudad. Un lujo que quienes tienen la suerte de recibir agradecen para siempre.