Mayra Callo
Mi primera hija nació de un parto que casi no recuerdo, di a luz en el Hospital Regional del Cusco, la experiencia más sangrienta y deshumana de mi vida.
Con mi segundo embarazo, mi novio me dijo para dar a luz con Leoni, personalmente yo no la conocía más que de nombre, por motivos económicos y del destino no tuve ninguna consulta con ella hasta el sétimo mes. Con mucho miedo fui a su consultorio el cual me inspiro mucha tranquilidad y confianza y Leoni que equivocadamente pensé seria una persona muy seria resulto ser súper dulce, tierna, cariñosa y preocupada de cada detalle para no incomodarte y que te sientas bien y realmente lo logra es esa mama que te falta cuando más la necesitas.
El día del parto mi novio no pudo estar, mi mama viajo desde Lima para estar ahí. La verdad que nunca me lo dijo pero me parece que mi mama no estaba muy convencida de la idea de parto en casa y yo no sabía mucho en lo que me estaba metiendo, pero era la ilusión de mi novio, así que seguí para adelante.
Esa noche no estaba segura si eran las falsas contracciones otra vez, o es que ya se venía el bebe, aun así mi instinto me hizo prender mi chimenea con mis hijos, ahora que lo pienso y lo siento como si fuera ayer, me veo a mi misma como un animalito preparándose para recibir a su cachorro, puse la música que sentí que quería en ese momento, tome una larga y deliciosa ducha y sali para vivir las dolorosas dolorosas contracciones con mi madre al lado, recuerdo ahora si cada momento de mi parto y si bien fue doloroso fue la experiencia más increíble de mi vida, siento realmente como todo mi cuerpo se abrió para recibir horas más tarde la alegría mas grande de mi vida. Mi bebe ahí en el medio de mi hogar.
Cuando las contracciones eran inaguantables llame a Leoni y llego con Mónica, su asistente. Las dos llegaron llenas de cosas y empezaron a instalarse, recuerdo me pusieron en el cuello algo como un collar que nunca supe bien que colgaba de el, pero lo sentí lleno de amor, así como todo lo que hacían para que sienta menos dolor o reciba el dolor con más calma. A pesar de que era el segundo bebe no sabía bien nada, pero la tranquilidad de estar con Leonie, su experiencia, su cariño y nose como explicarlo su sabiduría en lo que hace me mantenía tranquila. Llego el momento de que el bebe salga, mi mama estaba ahí siempre a mi lado, me abrasé de ella y la cabeza del bebe salió, con dos vueltas de cordón umbilical, eso ya lo sabíamos por ecografía pero Leonie con una gran audacia y con el don en las manos que tiene lo soluciono sin problema.
Pero luego el hombro del bebe estaba como medio atracado, tenia distocia de hombros, el bebe no lloró, fueron los segundos más largos del parto, no sabía bien que pasaba no tenía idea que algo malo pasaba, Leonie me dijo luego \»Gael estuvo entre el umbral de la vida y la muerte pero decidio quedarse\», Leo podría explicar mejor que hizo, lo único que sé es que mi bebe reaccionó y se mantuvo despierto desde ese momento. No sé que fue más lindo, si antes o después, o tal vez todo. Recuerdo que me eche en la camita que me prepararon en mi sala donde decidí dar a luz, y veía a mi mama tan maravillada de haber estado en un momento tan especial, a Leonie aquella mujer que había conocido un par de meses atrás y que se volvió el ángel de mi vida al traer a mi cachorro al mundo, veía como lo cargaba y limpiaba con tanto amor, ahí a mi lado, no se lo llevaron ni un segundo lejos de mí (no saben lo especial que es esto), lo vi desde el momento que nació, y el nos vio, vio todo el amor alrededor de el. A las horas desperaron mis hijos y vinieron a la sala y no lo podían creer, estaba ahí su hermano en la casa, todos alrededor de el, con lagrimas en los ojos, les juro fue el momento más lindo de mi vida. Gael con sus ojos abiertos alerta, al tanto de donde estaba, yo se que el se sentía seguro y amado por todos nosotros.
Por eso creo yo que la maravilla del parto solo se puede vivir con dolor, sin las drogas que nos dan en las clínicas, en paz, en casa y con Leonie si es posible.